domingo, 19 de febrero de 2017

Lo natural pero poco usado: sentirse tranquilo. La norma: sentirse nervioso, cansado, estresado, malhumorado.....

La vida moderna exige de nosotros gran cantidad de trabajo, algunas veces de manera explícita y otras subliminalmente.  Prácticamente a donde sea que veamos o vayamos estamos expuestos a que se nos pida atención (laboral, familiar, romántica, comunitaria, redes sociales, entre otros).  Si no rendimos y cumplimos expectativas de los otros, hay siempre alguien más dispuesto a satisfacer sus necesidades.  Esta problemática nos hace sentir estrés y a pesar de eso muchos estamos dispuestos, aunque no sea conscientemente, a dar más de nosotros mismos obviando los efectos nocivos que ésto provoque en la salud.

Es común aceptar la idea que el éxito es alcanzar cada una de las metas que nos exigen los jefes, cumplir con lo que nos solicitan los clientes y por si eso no es suficiente, mantener nuestra área económica, social, familiar, espiritual, romántica y personal saludable, sin darnos cuenta que la idea de estar al día en todo a la perfección es lo que nos impide llevar un estilo de vida saludable.


DEFINICIÓN DE ESTRÉS

El estrés se define desde varias perspectivas que nos explican la razón del mismo. Biológica y fisiológicamente el estrés nos permite prepararnos para actuar adecuadamente en situaciones percibidas como amenazantes; psicológica y socialmente está relacionado con los eventos externos y la manera en que evaluamos dichas situaciones.

Al hablar de estrés, nos referimos al estímulo que afecta el cuerpo y la mente; de deterioro y agotamiento.  Cuando la armonía entre ambos se afecta negativamente debido al evento estresante, ésto puede conducir a la angustia (distrés).  Por otro lado, cuando el cuerpo y mente mantienen armonía y salud durante el episodio de estrés permitiendo que ambos se desarrollen bajo su máximo potencial, se le llama eustrés.

En una investigación científica (Folkman, Lazarus, Gruen y De Longis; 1986) se estimó que si las personas creían ser capaces de modificar la situación, este conflicto se afrontaba cognitivamente de la siguiente manera:
  • confrontaciones
  • revalaraciones positivas
  • un plan de solución.

Por otra parte, si consideraban que eran incapaces de cambiar la situación, acentuaban las siguientes respuestas emocionales:
  • estrategias de distanciamiento
  • escape
  • evitación.
El tipo de estrés depende también de cómo se reciben y se interpretan los acontecimientos. Una misma situación puede significar un mal estrés para una persona y un buen estrés para otra; o sea, lo que importa no es lo que sucede, sino la forma como se percibe.

El estrés es indispensable en la vida, es la consecuencia de las actividades de las personas.  Una cantidad moderada ayuda a que alcancemos metas elevadas y a resolver problemas difíciles. No obstante, si la dosis de estrés es inadecuada, por exceso o por carencia, el estrés se convierte en distrés y exige una adaptación particular del organismo más allá del estado adecuado, teniendo consecuencias biológicas, físicas y psicológicas.


ETAPAS DEL ESTRÉS
Son tres las etapas por las que pasa el estrés: alarma, resistencia y agotamiento (Melgosa, 1995).

  • ALARMA:   Es como se prepara el cuerpo para afrontar el peligro (real o imaginario).

  • RESISTENCIA:  

  • AGOTAMIENTO:  Es la fase final.
          -  Fatiga
          -  Ansiedad
          -  Depresión
          -  Nerviosismo
          -  Irritabilidad
          -  Ira
          -  Tensión




EFECTOS PSICOLÓGICOS DEL ESTRES:

  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones
  • Pérdida de confianza en sí mismo
  • Irritabilidad
  • Preocupaciones y ansiedad   

EFECTOS CONDUCTUALES DEL ESTRÉS
  • Aumento en el empleo de medicamentos
  • Tics nerviosos
  • Distracción
  • Mayor cantidad de accidentes
  • Aumento o pérdida de apetito
  • Cambios en el patrón del sueño
  • Aumento en el consumo de alcohol o drogas
  • Impulsividad y agresividad


AFRONTAR EL ESTRÉS
El estrés puede ser controlado. La persona puede adiestrarse para desarrollar determinadas habilidades que le ayuden a identificar factores potenciales de estrés y a modificar reacciones perjudiciales ante él.
Ejemplos:  relajación, aprender a preocuparse constructivamente, aprender a percibir de manera real y saludable los acontecimientos de la vida.


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