viernes, 10 de febrero de 2017

En el Nombre del Amor

Cuando se trata de amor, todos somos expertos.  Cuando se trata de violencia, todos damos un paso atrás.  Estos dos temas no son compatibles, sin embargo uno suele usarse como excusa para el otro y esta incopatibilidad sucede entre parejas de todas las edades, con más frecuencia y en más parejas de lo que creemos.

A continuación escribo sobre el problema que tanto tratamos de cubrir a pesar de que se nos pide públicamente nunca callarlo:  violencia entre parejas.

Es común escuchar  las siguientes frases:  "es que la amo", "es que me pidió perdón", "no lo dejo porque no quiero que mis hijos crezcan sin padre", "no me separo de ella porque no sé qué sería de mí", "si me cela es porque me ama".  Existen muchas más frases como éstas en donde uno excusa al otro por su agresión en nombre del amor.

La violencia es un conjunto de conductas agresivas que tienen como objetivo principal pasar sobre la dignidad y el respeto del otro para ofenderlo y causar daño.  Usualmente ésta conducta es penalizada por la ley.  Cuando se habla de violencia, es importante discernir entre los tipos que existen.

TIPOS DE VIOLENCIA

  • Violencia física:  acciones de agresión en las que se utiliza la fuerza corporal directa o por medio de cualquier objeto, arma o sustancia con la que se causa daño, sufrimiento físico, lesiones o enfermedad a otra persona.  Es cuando se agrede el cuerpo de la otra persona.  Por ejemplo, empujones, mordidas, jalones de pelo, apretar con fuerza el brazo, juego brusco para controlar a la pareja,  patadas, entre otros.
  • Violencia psicológica:  Acciones que pueden producir daño o sufrimiento, psicológico o emocional a la pareja o a sus hijos u otros familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad de la persona, en ambos casos con el objeto de intimidarla, menoscabar su autoestima o controlarla, la que sometida a ese clima emocional puede sufrir un progresivo debilitamiento psicológico con cuadros depresivos.  Por ejemplo, cuando se ridiculiza, ignora su presencia y no la toma en cuenta.  La víctima se percibe como incompetente.  Puede durar años antes de que de lugar a la violencia física.
  • Violencia verbal: Este tipo de violencia permite la despersonalización de la víctima, es decir, inicia a ver a su pareja como objeto, la denigra, amenaza hasta llegar a expresar claramente su deseo de pegarle.
  • Violencia económica:  acciones u omisiones que repercuten en el uso, goce, disponibilidad o accesibilidad de la pareja a los bienes materiales que le pertenecen por derecho, por vínculo matrimonial o unión de hecho, por capacidad o por herencia, causándole deterioro, daño, transformación, sustracción, destrucción, retención o pérdidas de objetos o bienes materiales propios o del grupo familiar, así como bienes, valores, derechos o recursos económicos. 
  • Violencia sexual:  Son acciones de violencia física o psicológica cuya finalidad es vulnerar la libertad e indemnidad  sexual de la pareja, incluyendo la humillación sexual, la prostitución forzada y la denigración del derecho a hacer uso de métodos de planificación familiar, tanto naturales como artificiales, o a adoptar medidas de protección contra enfermedades de transmisión.  

La violencia puede evitarse.  Puede aprenderse a controlar la agresión. En una pareja saludable, cada uno de los individuos acepta al otro como un ser distinto a él, con intereses y metas individuales distintas; percibe y respeta al otro como un humano autónomo y libre.  A continuación explico algunos puntos sobre las parejas saludables, en donde no se vive la violencia.

PAREJAS SALUDABLES
Según Salama (2003), la pareja es la unión de dos personas con intereses comunes y atracción física que ha decidido estar juntos cumpliendo un objetivo en común (proyecto común de vida) que satisfaga las necesidades tanto individuales como de la propia pareja, sin que se pierda la individualidad de cada miembro.

Salama (1996) menciona que una pareja saludable o funcional siempre está cambiando en respuesta a sus nuevos intereses y necesidades.  Cuando la pareja no asimila el cambio, su proceso es más rígido que flexible y tiene problemas como resultado.

La pareja saludable comprende que el estrés es natural dentro de la dinámica entre ambos por lo que desarrollan habilidades para resolver conflictos, aprovechan el apoyo de los otros y de los sistemas, son adaptables y realistas en sus objetivos y expectativas y dependen de la creatividad, el ingenio y la perseverancia.

Es importante que la pareja acepte las peculiaridades del otro, a respetarse entre ellos sin renunciar a sí misma por su pareja.

Al amor le gustamos libres y autónomos para que las relaciones de pareja sean saludables.

Para más información o consultas personales, entre a mi página en Facebook para solicitar una cita en mi consultorio.

Página en Facebook










No hay comentarios:

Publicar un comentario